5 de noviembre de 2010

El masón que busco sus respuestas


Había una vez un masón, que un día decidió que debería de dejar de ser un simple masón como tantos otros que se limitaban a asistir a las tenidas.

Se preguntó a sí mismo ¿Cuál es el objetivo de que yo sea masón, solo hacer las cosas o dejar que las cosas simplemente ocurran, sin conocer mi propio propósito?

Si trabajo en defensa de los antiguos usos y costumbres y contrario a los objetivos que algunos eruditos o masonólogos actuales con sus actos pretenden usar la orden para beneficios particulares, será una batalla difícil pues me encuentro en terreno hostil. Si, por el contrario no hago nada mi destino como masón carecería de esencia resultando poco interesante, siendo uno más de los que lleva su vida sin penas ni glorias y que solo sabe asentar su cabeza en señal de afirmación ante los discursos de los falsos profetas que hablan de una nueva tierra prometida.

Debía comenzar por algún lado, así que vendió sus posesiones materiales y comenzó a viajar por el mundo sin un rumbo fijo, cual viajante que busca la luz. No llevaba mucho viajando cuando llegó a una ciudad misteriosa la cual no aparece en los mapas mundanos desconociendo a ciencia cierta como llegó a ese fantástico punto geométrico, se asombra mas al divisar la existencia de una Logia Masónica en dicha localidad y como toda la vida de dicha región parecía girar en torno a la misma.

Tocó debidamente a las puertas de esa Logia e inmediatamente le dieron acceso, dentro vio a un viejo masón en fraternal y diáfano dialogo con sus hermanos.

El viajero masón, esperó pacientemente hasta que la conferencia se hubo terminado, y entonces abordó al viejo masón de evidente sabiduría. Muy venerable hermano - dijo el viajero masón – estoy buscando la verdadera senda masónica, pues el mundo masónico en algunos valles parece extraviado en estos tiempos. Me preguntaba si puedes explicarme cómo debería alcanzar tan importante meta.

Eso es difícil de decir, pero muy fácil de alcanzar - responde sonriendo el viejo masón, por el evidente sarcasmo que había dicho – sería mucho mejor que te preguntases ¿Puedo asumir esa meta? SI ¡Estoy seguro de que tu puedes llegar!.

¡Difícil y entretejido es el camino de la  paz y la fraternidad franca! Aunque bien sabido es que la preparación de un masón es alcanzar lo que se propone siempre y cuando sea para bien, expreso el viajero masón.

Y el viejo masón, como si en un parpadeo hubiese analizado toda la vida del viajero le dijo: Cambiar el Orden de las cosas en la Masonería no es tarea imposible, pues la Masonería cambia constantemente lo adviertan así o no. Pero cuidado, cambiar no es sinónimo de mejorar.

¿Quién eres realmente, venerable hermano? – Preguntó el viajero, al viejo masón –Yo soy un simple masón, los hermanos que vistes vienen a mí de muchísimos orientes en busca de respuestas, jóvenes masones con sueños de eruditos y grandes masonólogos.

Pero por cientos de años mi respuesta es siempre la misma para todos: Amen, Fraternicen, Toleren, busquen la Igualdad y sean Libres. Y no intenten cambiar absolutamente nada, no sin antes que ustedes mismos cambien para bien. Recuerden que “el que realmente quiere encontrar y por ello busca, no puede aceptar ninguna doctrina… el saber es comunicable, pero la sabiduría no. Ella solo se puede vivir, pero nunca explicar, ni enseñar.”

En ese instante la visión del viajero masón se esfumó, percatándose que se encontraba  en su propia Logia, asistiendo a una tenida. Pero lo que él había experimentado, era un viaje espiritual, una luz, una perspectiva  que aunque tal vez pequeña en tiempo fue mágico pues pasado ese momento todo le parece mucho más claro que antes, ¡Sabia su meta y debía llegar! No estaba errado.

Así nuestro viajero masón, como tantos otros francmasones que señalan haber estado frente a frente a ese extraño y luminoso Venerable Hermano que da una correcta guía y nos muestra el rumbo dentro de la orden,  siguen trabajando por el bien general de la orden y su taller en particular, defendiendo los Antiguos Usos y Costumbres por medio de la lealtad, fraternidad y con Honor.

Marino de Armas.·.